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EntreVistArtista con Fernando Biderbost


 

Artífice de su tiempo y espacio, Fernando Biderbost (Bilbao,1955) expone en entrevista concedida a EVA, pasajes de una vida en cuyo cromatismo lírico contrasta la madurez creativa del artista con la parsimonia atemperada del hombre, tal como la genuina idiosincrasia del pueblo vasco. De trayectoria amplia y sólida, y un actuar diario en base a la reflexión y el diálogo con su obra, Biderbost no conoce la derrota porque en el fracaso está avanzar hacia el camino buscado.  

Perspectiva orbicular trazada por el diario ir y venir sobre la materia pictórica, el artista demarca en sus respuestas la necesidad al deseo, aislando el mundo de afuera de la intimidad de su universo sin que al hacerlo se distancie del otro, la otredad que también es él y la suma de todos. Las respuestas vertidas por Biderbost rezuman humanidad y conocimiento de causa, en ellas desnuda la verdad sin pudor porque sabe que a través de ella encontrará el camino de regreso a casa, ese espacio interior tan celosamente protegido que todo artista guarda para sí y muy difícilmente comparte. 


La palabra en el pintor vasco se ofrece generosa y sin cortapisa, es una declaración de principios vertida desde la generosidad del sapiente de cuya humanidad da fe su obra, porque el conocimiento en Biderbost es un perpetuo cortejo para alcanzar la perfección aunque no sea el fin buscado. Conceptos y preceptos de un poeta metafísico de la plástica, mi entrevistado deja caer el pincel de su filosofía con la cotidianidad de la respiración que comparte con naturalidad, en un gesto espontáneo.


Biderbost es hijo de su condición humana y una filosofía bruñida con el cincel del acto creativo; es hijo de sí mismo, tallado por propia mano porque hace de la observación un hábito, un camino, una escuela; Biderbost abre puertas a la búsqueda interior como buen conocedor de su oficio, pero además, es hijo de sus causas y circunstancias. Maratonista de tiempo completo, sus respuestas dejan entrever que su finalidad no es alcanzar la meta, ni vestir el lienzo de color o hallar en la forma los mecanismos de su pensamiento; es encontrarse libre de dogmas y esclavitud social.


En Fernando Biderbost el tiempo no es cuestión de horas, son instantes de reflexión donde la soledad y sus marcados silencios son las manecillas del reloj que lo mueven hacia puntos distantes pero a la vez cercanos. Eterno amante de su pintura la expone sin efectos más no de causas. Su pintura es la mujer en él, es feminidad y esencia en el hombre, es la anatomía de su pensamiento que también es himen transfigurado, una pintura celosa que lo reclama y no lo deja separarse de la materia.


Rosa Matilde Jiménez Cortés, artista visual.
México. EntreVistArtista (EVA) / 14 de enero 2018







EntreVistArtista (EVA) © 2009 - 2018
Por Rosa Matilde Jiménez Cortés (Mèxico)


1 – EVA: El espacio íntimo de un pintor yace sobre el lienzo, es la mirada cómplice entre el acto creativo y sus procesos. Para Fernando Biderbost, ¿cómo discurre esa intimidad que más tarde ha de ser expuesta?

Un cuadro es el resultado de una experiencia íntima. Con el influjo de sensaciones múltiples provenientes de muchos sitios. De la suma de la experiencia interna y las influencias externas trato de fabricar una pintura que se exprese a sí misma. Que alcance su propia libertad. Para eso hay que despojarse del "yo" que siempre limita. Cuestión compleja pero imprescindible para mi. Claro que, durante el proceso, la expresión personal está inevitablemente presente. Pero lo que me interesa es el resultado, cuando el cuadro ya no me pertenece; cuando me abandona. Hasta entonces el proceso es un imperativo que tengo que transitar. De modo que el proceso me interesa relativamente poco a pesar de ser vital y necesario porque durante el proceso todos los instintos que utilizo como pintor están accionados al límite.


2 – EVA: La no pertenencia, el resultado como negación y aceptación. ¿Qué porción de materia plástica guardas para ti?

Me interesa lo que no conozco. Todos pastamos por lugares comunes: el amor, el odio, la belleza, el paso del tiempo, las relaciones sociales, el sexo, los sueños, las frustraciones, los logros, los viajes, la vida... la muerte. ¿Qué puede ofrecer la pintura?: una ventana abierta. Aunque la mejor pintura ofrece una puerta. Pero las puertas en la pintura se abren pocas veces. Por ejemplo Velázquez abrió una con Las Meninas. La pintura propone el cambio de punto de vista, la exploración de la realidad circundante o la del interior del propio pintor, produce sensaciones y éstas son lo más cierto en una obra de arte porque, en sí misma, una obra de arte es un artificio y una mentira. Por lo tanto siempre te quedas con la impresión o la emoción que produce el material plástico. Y fabricar emociones, llegar a eso, es difícil y complicado. Los flamencos lo llaman "Duende".



3 - EVA: ¿Se podría decir que la pintura te genera estados obsesivos cuál denuncia ante un eterno peregrinar interno?

Todo ser humano posee el instinto de pintar. Todos los niños garabatean, dibujan o pintan lo que ven por impulso. La mayoría dejan de hacerlo y es el que sigue con ello el que ya adquiere un vicio. Un vicio insano y pringoso difícil de superar. Ese es el pintor. 



4 – EVA: La pintura como ejecutora de hábitos, ¿enclaustra tu tiempo o quizá compra tu libertad? De qué adolece el artista...

La pintura abre el tiempo, lo expande, lo estira y horada y escudriña el espacio. O sea que abre la imaginación, puesto que, al igual que Schopenhauer, no creo que exista el tiempo y del espacio dudo. Dos conceptos engañosos. Los conceptos mutilan la capacidad de ver y entender la realidad en toda su extensión. Lo que no significa que no sean útiles para la vida. Tampoco existen los colores ni las matemáticas en la naturaleza; son convenciones que solo atañen a nuestra especie, pero sin ellos no podríamos organizarnos ni como sociedad ni como individuos. La pintura es mi libertad porque yo he decidido que lo sea. Porque es un medio pero también un fin para mi, porque... ¿qué hay más allá de la pintura?: más pintura. El hecho de la existencia del arte evidencia las carencias de la vida. Es una muleta. Pero yo huyo de los adoradores del arte tanto como de los que lo identifican con la naturaleza. Pues, si la vida es humo, el arte es el humo del humo: la ceniza. La pintura congela una parte insignificante y minúscula del tiempo y lo convierte en intensidad. Esa intensidad que nos llega desde las cuevas de Lascaux, por ejemplo. Es una manera (ilusoria) de luchar contra la impermanencia y la desintegración.
 
 
 
5 - EVA: Ciertamente la pintura enmascara carencias y anhelos, el latente deseo por poseer la vacuidad de las cosas. ¿Cuáles serían tus derrotas hoy convertidas en virtudes?

Pintar es fracasar. Nunca hay un logro definitivo, por eso sigues pintando. Hasta que no se termina un cuadro no hay nada y es un proceso que puede durar meses. Son meses de fracaso mas no de tiempo perdido porque, aunque fracases en un cuadro, acumulas experiencia, lo que hará más complejos los siguientes trabajos, cada vez más complicados porque la experiencia te da datos nuevos que tienes que gestionar. Es una espiral un tanto esquizoide pues todo éste carrusel me aleja más de la vida común, social, donde la gente se maneja con conceptos, donde los puntos de vista se sitúan en códigos de utilidad. Pero mi pintura podría ser útil en otros parámetros, ya que considero que mi obra apunta a esa especie de torbellino central que domicilia en el núcleo del cerebro. La introversión es la senda que elijo para perpetrar mis excursiones plásticas. Las virtudes son pocas y las derrotas muchas, pero no me preocupa porque eso me hace dudar de mí, de mi trabajo. Y esa duda es el motor de mi viaje. La autocrítica va de la mano de la indecisión y es indispensable porque es un faro que clarifica a pesar de que te hostigue. 



6 – EVA: En tu obra se aprecia la viveza consistente del color demarcado por líneas negras, como si saturaras el espacio y te llenaras de él. ¿Trasciende tu voluntad al acto?

El problema es convertir el espacio, que en sí mismo es frío, en atmósfera; en algo sensible y vivo. Mi trabajo es instintivo y es siempre una improvisación. Una improvisación lenta  y construida. Todo lo que pongo en un lienzo (color, dibujos, manchas, texturas...) es ensamblado por el aire. Pero el aire no se puede pintar, surge espontáneamente. Lo que asumo como pintar en un cubo y no sobre un plano. Todo esto conduce a una pintura alejada de símbolos y conceptos, autorreferencial y autónoma. El color es el agua donde nadan los ojos. Las líneas y los dibujos son las patas del pájaro, con ellas corre; la pintura son sus alas, con ellas vuela. A veces la acción es independiente de la intuición. A menudo se sincronizan. Cada día es distinto. Pero siempre intento que los colores piensen. Tengo con el color una relación familiar e íntima, ni siquiera pongo nombre a los colores. Pintar es ver y mirar; con un ojo telescópico y con otro microscópico a la vez. 



7 – EVA: Hablas del fracaso con nostalgia, como quien añora tiempos mejores, latente el deseo de lo prohibido, anhelos rotos del ayer. Si el acto de pintar conlleva fracaso, ¿por qué condicionar el sujeto al objeto?

Cuando estás con un cuadro, hasta que se abandona o te abandona él a ti, puesto que nunca se finaliza verdaderamente, sientes que estás fracasando porque siempre hay dificultades, errores, accidentes, vacilaciones... que muchas veces las tomas como derrotas pues casi nunca veo el camino que tengo que andar. Me tengo que tirar al vacío. Esto crea ansiedad. Por eso hasta que el cuadro me abandona y ya lo considero libre de mí, no estoy tranquilo. Por lo tanto eso de disfrutar pintando no está a mi alcance muy a menudo. En cualquier caso, tampoco reniego de las satisfacciones que, cuando se dan, te puede ofrecer la pintura. Pero los fracasos son, a menudo, provisionales y efímeros, lo que pasa es que mientras pintas no los ves efímeros, nunca piensas en el final porque estás enfrascado con la obra. Los fracasos son parte de la obra. Pero tienes que resolver eso con trabajo y al fin lo que busco es el resultado plástico. Yo sólo soy el agente de mis cuadros, trato de que la pintura se exprese a través de mí y no yo a través de ella. Por consiguiente la pintura es el sujeto y el objeto a la vez.



8 – EVA: La no mecanización en tu obra fluye latente y contradictoria, se entrega a la vez que se resiste, es ave enjaulada aleteando sin cabeza como tus muñecas fetiches. Fernando, ¿quién eres más allá de la pintura?

No olvidemos que el fetichista humaniza los objetos, les da cualidad vital. Mas los hombres perciben objetos en las personas, razón por la cual no existiría el sexo si las personas no fueran objetos sexuales. Ni existirían obreros si el capitalista no les tratara como objetos de cambio, de mercancía. Es decir: en la vida cotidiana se cosifica a las personas. Así que el fetichismo sería una suerte de amor puro que, sin embargo, se percibe como una desviación. Parafraseando a Oscar Wilde: “Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi muñeca hinchable”. Cuando pinto no pienso, o pienso en otras cosas inconscientemente. Pero es claro que lo que tienes en la mente, quizás oculto, lo estás poniendo ahí de una u otra manera. La pintura es un hecho mental y huye de la naturaleza por convicción. El arte siempre tiene algo de turbador. Pero explicar lo que significa para uno es un imposible. La pintura no tiene una pulsión literaria, transcribirlo a  palabras es el fracaso. La pintura atrapa y succiona la imaginación, la sensación, la percepción o la intención del pintor y lo que devuelve no tiene traducción. Es. Más allá de la pintura no sé lo que soy. La pintura me orienta o me desorienta pero siempre me desvela que soy en gran parte un desconocido para mi. Acaso vaya a la búsqueda inconsciente de la esencia aún a sabiendas de que no existe ya que ni a la naturaleza ni al hombre les corresponde ser esencial. La esencia, el éter, lo sublime, no está en nuestras manos. Sólo en nuestra intuición. En nuestra imaginación. Pero sí se puede pintar lo que se desconoce. Del mismo modo que se puede ver lo que nunca se percibió: forzando el instinto alucinatorio. Freud escribió que "el pensamiento es el sustituto del deseo alucinatorio".



9 – EVA: El universo del arte es ilimitado como indeterminadas sus formas. El diálogo filosófico en la obra de Biderbost, no es precisamente una charla amorosa con Fernando, ¿acaso es la respuesta del hombre ante su naturaleza humana?

La filosofía trata de encontrar respuestas al jeroglífico existencial. Y respuestas absolutas, totalizadoras. Pero esas respuestas son de temporada. Por eso cada época tiene sus filosofías. Aunque es evidente que algunos filósofos permanecen en el tiempo tal como hay influencias de Nietzsche, Hegel, Schopenhauer... hoy en día, y está Heráclito con la evidencia de que “todo fluye, nada permanece”. Pero, en la actualidad, la ciencia, con todas sus limitaciones, destruye ideas y crea certezas y evidentemente es más objetiva. Sin olvidarnos de que la ciencia también es de temporada. O sea que considero a la filosofía y a la ciencia como los caminos naturales del hombre hacia ¿quién sabe?. El arte también es un camino. Es más incierto y en  general menos reflexivo, pero tiene la particularidad de que, aunque el arte esté en el tiempo, en su tiempo, su permanencia en el devenir de la historia no queda obsoleto tal como sí le ocurre a la ciencia y  también a la filosofía. Porque ¿acaso la obra de Monet está obsoleta? ¿O la de Giotto, o la de Wols?. Este arte no se rechaza, se valora. Y ésto ocurre porque se trata de estética y claro, cada época fabrica la suya y, aunque se refieran a su tiempo, la belleza o el sentimiento expresado, es permanente (¿está superado Mozart o Miles Davis o El Bosco?) y eso es inamovible porque va ligada a su tiempo, mas para la ciencia es precisamente la de ir ligada a su tiempo su mayor defecto y carencia. Así que los cimientos de la ciencia se remueven todos los días. Y filosofía prácticamente hoy no hay, o hay muy poca o es muy mala porque las ideas se agotaron y las esperanzas idem de idem. El caos es la verdadera filosofía de todos los tiempos. Pero la contemplación de “La Venus de Urbino” de Tiziano sigue provocando emoción, misterio e inteligencia en los espectadores actuales aunque, por supuesto, pintada en la actualidad no tendría el mismo efecto. Tengo la conclusión de que la filosofía y la ciencia intentan la verdad sin alcanzarla nunca y el arte, en cambio, sabe de su limitación y de su artificio aunque el tiempo le afecta menos sincrónicamente pero, desde luego, no es así en un análisis diacrónico. Las emociones parecen ser más eternas que las conclusiones y que las verdades. De ahí la argucia del arte para congelar sensaciones. Porque para el hombre, que es espectador y esclavo del movimiento ininterrumpido, lo que está quieto, la idea de permanecer de algunas cosas, adquieren el estatus de mágicas. Léase Arte o la idea de Dios. Respecto de las citas, a las que no soy muy aficionado, ahora mismo se me ocurre una del escultor vasco Jorge Oteiza: “El arte te salva de la vida. Pero del arte sólo te salvará la muerte”. O ésta otra del pintor Bonifacio Alfonso muy próximo al grupo de Cuenca: “Entre los pintores no hay ningún hijo de puta, todos tenemos un padre y una madre conocidos. El asunto es que hay que matar al padre y a la madre antes de que te maten ellos a ti”.
 
 
 
10 – EVA: En ese deseo alucinatorio del que habla Freud, tu espacio íntimo es propiedad expuesta al otro; es recinto alegórico de tu ser. ¿Construiste una fachada para refugiar al hombre?

No creo en el arte alegórico en mi caso y aborrezco el arte didáctico que tanto utilizan algunos artistas conceptuales con sus lecciones de moral (modernos con sed de púlpito). Pero respeto y aprecio el arte crítico y el de denuncia (“Gernika” de Picasso, los muralistas mexicanos... ) como vehículo de expresión social. Para mi una pintura no es una imagen; es una vivencia que también puede ser una experiencia visionaria. Pero nada está en mi mano. Por eso hablo de vivencia, de una vivencia experimental. Uso de la vida para dilatarla o para concentrarla o para despejarla mediante la práctica de la pintura. Mi intimidad está también pero no como el centro sino como un elemento más del que no me es dado prescindir, algo periférico, puesto que mi finalidad, entre otras, precisamente es huir de ella. Probablemente una quimera. ¿Pintura escapista?: hasta cierto punto y en el “buen sentido” de la palabra escapista que no sé cuál es. Yo creo que la intimidad lo que te proporciona es el estilo. Independientemente de todo, el arte es siempre y en paralelo a otras consideraciones, un refugio. El refugio ante la vida del que habla Oteiza y del que sólo te librará la muerte. Mi intimidad, como mis intenciones plásticas y emocionales, está en mis cuadros. No en mis palabras. Mis palabras tan solo pueden aproximarse ligeramente a la médula de mi trabajo y de mi pensamiento que son, fundamentalmente, plásticos. Es decir: pienso en pintura, o la pintura piensa por mí. Por otra parte opino que el deseo alucinatorio mencionado por Freud es el uso indiscriminado de la imaginación. Lo que espero es que mi pintura sea sincera, que no se haga trampas, porque eso limitaría  sus  posibilidades. Un colega pintor me comentó, como un halago, que en mis cuadros no había un centímetro cuadrado de mentira. Yo no podría confirmarlo ni negarlo.
 
 
 
11 – EVA: La obra como soporte, como vehículo de acción y diálogo entre la materia orgánica y los pensamientos. Sin el aura del romanticismo como recurso, ¿cómo discurre la intimidad entre tu pintura y el hombre?

Los conocimientos y los recursos puestos al servicio de la improvisación. Con la obra dialogo constantemente para saber hacia donde quiere dirigirse. Es una lucha llena de dudas, conflictiva. El color ha de casar con la forma, o quizás no, la forma con las texturas y éstas con las grafías. La abstracción pelea, a veces dialoga, con la figuración, las manchas con el dibujo. Los pensamientos contra el instinto, la memoria contra el futuro, los anhelos chocan con la realidad y las visiones con la materia. Eros contra Thanatos, el río contra el fuego. La ebriedad desafía a la razón y la geometría se opone a los fluidos, el cerebro colisiona, en fin, con el estómago. Y todo esto, que compone la estructura de la obra, y mucho más, ha de estar en la misma longitud de onda. Tiene que adquirir su propia coherencia interna. La pintura tiene que contar todo eso. Pero la pintura, insisto, porque para un pintor las palabras tienen las patas muy cortas. Lo que queda después ya no me concierne. Solo me atañe la coherencia interna de la obra. Porque lo que exprese ésta es inherente a su propia libertad. Esto no es romanticismo, esto es vivencia real.
 
 
 
12 – EVA: Si partimos que nada es enteramente bueno ni malo y las verdades absolutas son cojas, la apreciación del otro respecto al trabajo propio es limitada e incierta, ¿por qué creer que en tu obra no hay cabida para la mentira si toda verdad sin ella es simple farsa?

Pero para eso hay que creer en la mentira y en la verdad. Yo nunca he dicho que en mi obra no haya mentiras. Eso lo dijo otro. Yo solamente digo que aspiro a que sea sincera. ¿O es que acaso no existen las mentiras sinceras? Incluso creo que existen las verdades embusteras. La apreciación del otro no me involucra. La limitación o certidumbre comunicacional dependen del tipo de observador, de sus conocimientos y sensibilidad.



13 – EVA: Tu pintura es como la mujer que ofrece su carne con el deseo implícito de ser poseída, sin embargo, en ella se vislumbra la infancia rota que todos llevamos dentro. ¿Cuánto hay de verdad o mentira en el trazo?

Pintar es entrar en trance. El trazo siempre es verdad pues nunca está planificado, es impulsivo y a veces compulsivo. Puede ser aleatorio pero nunca caprichoso. Aunque todo está supeditado a revisiones y a rectificaciones. Todo se revisita para buscar más posibilidades. Todo está permanentemente abierto hasta encontrar la espoleta que reviente la percepción; que la extrapole, la extienda... ir hacia otras percepciones. Pero el trazo está interconectado con otras facetas y depende de interacciones con el color, la materia, las tramas... Todo se hace más complejo por momentos para, al final, hacerse nítido que no significa claridad. El verdadero espacio de un cuadro no son los límites de la tela sobre el bastidor sino la luz. Y todo lo que se encuentra en un cuadro es dependiente de ésta. Mi pintura es un sacrificio entregado a los observadores tal como los aztecas ofrecían jóvenes a los dioses en ofrenda. La pintura ha de ser honrada antes que sincera. Hay infancias rotas como hay pubertades rotas o vejeces rotas. El proceso de la vida es un romperse constantemente o no hay proceso de la vida. Claro que hay unas vidas más desgraciadas que otras tal que hay muertes dulces y muertos en el martirio. Pero hacer arte con eso conscientemente me parece condicionante aparte de que tus experiencias vitales ya están implícitas en la obra. ¿Se puede hacer arte basado en una niñez infeliz?. Si, pero sería un arte limitado con los pies en el culo propio. ¿Se podría superar un trauma de la niñez haciendo arte?. Si, pero se quedaría la cosa en terapia personal. Por supuesto que hay artistas que de su sufrimiento han basado todo su buen arte: Frida Kahlo. Y el artista cordobés Pepe Espaliú que, desde que enfermó de sida, toda su obra giró en torno a su dolencia. Bueno... yo nunca usaría voluntariamente una enfermedad o un trauma para hacer arte... acaso puntualmente. La niñez está ahí para quedarse. Es una mochila con la que cargas toda la vida. Pero, en cualquier caso, la esencia del arte no está en “qué” expresas sino en el “cómo” lo expresas. Es decir: Arte se puede hacer con cualquier cosa a condición de que se posea sensibilidad e imaginación aunque lo más importante es el talento plástico, que es impulsivo, y éste es un cúmulo de factores, unos aprendidos y otros innatos, tal como puede ser la curiosidad, o mejor: la hipercuriosidad.  El cometido del pintor es convertir en pintura todo lo que posee, sea esto traumas experiencias, especulaciones, visiones, placeres, odios, amores, o el propio asco como en el caso de Francis Bacon que defecaba sobre su propia condición existencial e intestinal y nos vomitaba su visión pánica sin concesiones metafísicas. Pero lo hacía desde la maestría del color y la forma lo que significa que todo lo supedita a su condición de pintor. Y la metafísica de la pintura, si existe, ha de buscarse en la propia cualidad plástica de la pintura.
 
 
 
14 – EVA: Picardía ingenua, obsesión metafísica, tanatología de la materia, eyaculación precoz, ¿qué es la pintura en ti y quién tú sin ella?

Yo me transfiguro con ella. Ella se transfigura conmigo. Cuando pinto soy un derviche. Uno pinta porque con la vida no le basta. La pintura necesita las manos y los ojos del pintor y por consiguiente la interdependencia es mutua y profunda. Un vínculo sadomasoquista muy fuerte. Yo trato a la pintura como a una mujer histérica a la que hay que reconducir pero amándola, respetándola, dejando que surque la propia senda. Lo que se busca es, sí, una metafísica a través de la acción de pintar pero se ha de ser muy consciente del artificio al que se está vinculado. El pincel, la brocha, las propias manos eyaculan al unísono con la mente. Han de estar conectados para la orgía de la pintura, para el desparrame mental pero también para el control pues mediante la espontaneidad construida fabrico mis pinturas. Con lo que la eyaculación precoz tampoco es recomendable en la pintura. Quién produce sexo produce muerte, sí o sí. El que ama bascula muy cerca de la muerte porque sin el horizonte de la muerte no existiría el amor. Así mismo, si fuéramos eternos el arte no tendría ningún sentido. No existiría. Por lo tanto... la interrelación entre sexo, arte, muerte, amor y odio es tan obvia que no me extenderé. Sí diré que tanto el sexo como el amor  y el arte, confluyen en una especie de pulso abisal que te aleja  de la condición consciente. Te irracionaliza.



15 – EVA: La mujer, el sexo, la banalización del arte; feminidad sometida por la mano opresora. ¿Una pintura histérica aumenta tus niveles de testosterona? ¿Alivia quizá la libido inexplorada cuál deseo prohibido?

Histeria: “Enfermedad nerviosa que se caracteriza por frecuentes cambios psíquicos y alteraciones emocionales que pueden ir acompañados de convulsiones, parálisis y sofocaciones”. Esta es una de las definiciones oficiales de histeria. También se dice que es más frecuente en la mujeres. En el hombre es más habitual la ira. Si se quiere sacar punta a la metáfora que hago de la mujer histérica y mi relación con la pintura se le saca. Pero será perder el tiempo porque yo elijo mis metáforas libremente y con respecto a mi psicología que, obviamente, es masculina. Pero la insinuación de machista habrá que probarla y mi metáfora no prueba nada. A las mujeres les oprimen los empresarios que les pagan la mitad que a un hombre por el mismo trabajo y otras cuestiones, no mis metáforas que son asunto mío. Creo que a mi edad tengo la libido ya suficientemente explorada, aunque las sorpresas existen, y nunca me he prohibido ningún deseo porque carezco de todo tipo de moral, pero no adolezco de ética social que es una conducta consistente en no perjudicar a nadie por ningún motivo. La moral se impone a la lógica lo que es un error terrible y cuyas consecuencias son la represión, las guerras y la incultura.



16 – EVA: La Historia señala al ‘hombre’ como amo del arte; presunción absurda que pone en relieve el machismo como algo inherente. Sin ir más lejos, planteas una pintura como una mujer a la cual someter… ¿Castración o castigo, realidad o ficción? 

Hasta recientemente el arte ha estado en manos exclusivamente masculinas como muchas otras actividades. Eso es la historia. Pero una vez una amiga artista multidisciplinar y feminista me pidió que firmara un manifiesto por la paridad en los museos. Yo contesté que eso es como si me dicen que hay que quitar a Velázquez y a Goya del Prado para que hubiese paridad; una locura. Lo que tiene que haber es mujeres dirigiendo centros de arte. Mi opinión es que, en general, la paridad humilla a las mujeres sin negar que en ciertas circunstancias sea necesaria a día de hoy. A mi lo que me interesa es ver buena pintura la pinten mujeres, hombres o perros. Y por cierto, de lo mejor en pintura en el País Vasco está mi amiga Inés Medina, feminista declarada y ninguneada injustamente. Tampoco la escultora y artista conceptual Elena Mendizábal es tratada en relación a su importancia. Ser mujer en el arte desgraciadamente resta. Hay otra mujer catalana escultora, Susana Solano, que para mi hace la mejor escultura que se hace en el Estado español y probablemente en Europa. No sé cómo puedes afirmar que yo veo una mujer a la que someter en la pintura. Si hubiera hecho la metáfora del hombre lleno de ira, a lo mejor me hubieras salido con que soy homófobo.  A mi el puritanismo y lo correctísimo es que no me gusta nada, Yo estoy más con los surrealistas y prefiero la libertad absoluta del pensamiento.  



17 – EVA: En materia de equidad y género, el País Vasco crece a favor de los derechos de las mujeres. ¿La pintura en Bilbao es cosa de hombres y las performances acciones de mujeres? ¿Es un arte incluyente?

Nunca he distinguido entre arte femenino y arte masculino. Me es exactamente indiferente. Otra cosa es que los políticos discriminen y esos políticos me tienen totalmente en contra. Creo que, actualmente, en Bilbao hay más y mejores artistas mujeres haciendo performances que hombres.



18– EVA: Los silencios en la pintura es la soledad del artista desde el vacío más libre y puro, ¿te acompañas de soledad para crear?

A mi me gusta estar solo. Pintar solo. Considero la soledad como la energía más grande que hay en el universo. Tal sucede con el vacío. De ahí que la inmensa mayoría de la gente no soporte la soledad, esa potencia que te eleva o te hunde. A los místicos les eleva y a mí los místicos me interesan mucho. No por sus respectivas religiones o ateísmos, pues también hay místicos ateos -quizá los más puramente místicos de todos- sino por su capacidad de escaparse de la condición humana y transcenderse. Ora bien: a Teresa de Ávila o a san Juan de la Cruz o al alemán Silesius, por ejemplo, no los considero místicos puros, sino muy próximos al misticismo, -aunque considero indudable que tuvieron experiencias místicas- y esto es así porque creo que los místicos, pasados y actuales, son anónimos y huyen del arte y de la propaganda, cosas que están muy ligadas a la naturaleza humana. En el arte, a veces, se dan casos de una profundidad que se sumerge en los márgenes de la percepción; que hacen de la contemplación algo dinámico para la conexión con la negación, con la privación que engarza con un otro no lugar. Estoy pensando en el pintor vasco Erramun Mendibelanda, premio nacional de grabado 2008. Aunque soy bastante asocial no es mi condición ser antisocial. Pero hoy en día, y desde mi posición actual con respecto a la vida, la mayoría de la gente aporta muy poco. Esta época aporta muy poco. Son los menos con los que puedo interlocutar. Aprendo mucho de la gente que considero interesante y no desprecio a los que no los considero así. Ante todo hay que ser humilde porque desde la humildad puedes aprender y desde la soberbia se paraliza el aprendizaje y aprender es un deber profesional y vital. El tiempo, en el fondo, nunca se pierde porque siempre te encuentra él a ti.
 
 
 
19 – EVA: El trazo enérgico también conlleva inseguridades y miedos, y en tu pintura se aprecia un equilibrio yuxtapuesto que cuestiona. Háblame de tu trayectoria…
 
Las inseguridades y los miedos te hacen avanzar si no te matan por el camino. No hay que dejarse arrastrar por la neurosis o la depresión; que éstas no te arrebaten la pasión ni la entrega que son imprescindibles para seguir trabajando. Mi trayectoria comienza con unos ocho años, más o menos, hojeando la Historia General de la Pintura de la editorial Aguilar y que constaba de veintisiete volúmenes. Una colección que ni mis padres ni mis hermanos abrieron jamás pues esas cosas se compraban para lucir en la biblioteca y en mi casa el arte no era precisamente el centro del interés. (Sin embargo a mi padre le gustaba el Jazz, y tenía una buena colección de vinilos. Cofundó un club de Jazz en Bilbao con actuaciones en directo y a mí me llevaba al Festival de Jazz de San Sebastián con trece y catorce años. Mi afición al Jazz empezó con él). Me llamaba la atención, sobre todo, el volumen dedicado al surrealismo y el dedicado a la pintura abstracta y también el que correspondía al futurismo y al Dadaísmo. También el cubismo me interesaba. Pero me hojeaba todos los volúmenes.  Notaba que todo aquello me concernía. Me parecía que en esas pinturas había libertad y si la vida de aquellos años era triste y castrante por el franquismo, por la presión familiar, educacional y colegial y religiosa... mirando aquellos libros comencé a olfatear el perfume de la libertad y del pensamiento propio. Empecé haciendo cosas abstractas y líricas unas veces y figurativas surreales otras. Pero voy a resumir porque en mi página web se ve fácilmente mi trayectoria: Paso por una influencia del surrealismo, Tápies y el informalismo, por el color, el influjo musical, el espacio de la escultura, zonas figurativas pero siempre investigando con la abstracción hasta ser mi medio natural que a veces compagino con una incierta figuración esquemática. Fui entusiasta del expresionismo abstracto americano pero antes lo fui de Paul Klee y de Kandinsky. De Max Ernst, de Tanguy, Dorothea Tanning, De Chirico, Duchamp, Juan Gris, Wilhelm Freddie y Oscar Dominguez, Hans Ofmann, Howard Hodgkin, Rothko, Roberto Matta, Richter, Mondrian, Hopper, Vasarely, Wols, Nicolás de Staël, Dufy, Graham Sutherland, Albert Ohelen, Miguel Angel Campano...   también de Malevich, Tatlin y de todo el constructivismo ruso... y tenía mucho interés por la escultura de los vascos Agustín Ibarrola, Oteiza, Txomin Badiola o Pello Irazu, el madrileño Pablo Palazuelo y la del norteamericano Richard Serra o la de Anthony Caro, y por los pintores vascos Sistiaga, Zumeta y Bonifacio Alfonso. Pero también me atraía Bruce Nauman y otros artistas multimedia. Y siempre tuve afinidad por el arte nativo americano, africano o asiático. De los pintores vascos actuales citaría a Luis Candaudap. Había dos artistas figurativos bilbaínos de los que se podía aprender mucho sobre el color: Daniel Tamayo y Alfonso Gortázar. Hoy no sé donde estoy exactamente, aunque soy consciente que me he involucrado más con la luz y la atmósfera que con el color y la forma que, actualmente, los uso como medios para producir ese aire que tanto busco. Pero hay un proceso claro: 1- Dibujo 2- Color 3- Forma orgánica 4- Geometría 5- Materia 6- Espacio 7- Más color 8- Geometría líquida 9- Más forma 10- Más informalismo 11- Luz 12- Aire. Para llegar al aire hay que haber tenido que controlar el color, el espacio, y la forma. Creo que es un proceso que ha llegado a su fin en cuanto a haber comprendido que en el medio aéreo se encuentra la mayor libertad de la pintura. O sea que del color como interés principal paso hacia la luz como elemento esencial. El color lo considero un agente de la luz. La luz es real y el color subjetivo. También observo las diferencias que existen entre los pintores que van detrás del color y los que van detrás de la luz. El ejemplo más claro es el de Velázquez que a mi me interesa tanto porque todo lo resuelve con la luz y casi desprecia los colores. Y llega muy lejos. Pero para eso has de ser primero un conocedor del color que es un paso imprescindible. Es un proceso sembrado por la tendencia hacia lo onírico, por la valoración de los impresionistas, las improvisaciones abstractas, por multitud de dibujos figurativos, abstractos o geométricos, de esculturas primero informales, luego formales y después figurativas a base de muñecos, etc. y también por la influencia de ciertos lugares que me impresionaron y cuya luz todavía me penetra: el paisaje castellano, México o Timanfaya en Lanzarote por citar tres. O la ciudad de Cuenca, a la que un poeta llamó la Venecia del aire, y en la que yo descubrí “raros” espaciales que son espacios desconcertantes en los que se pierde la perspectiva y la medida y en donde, a veces, surge como un torbellino volátil, vaporoso, espiritual... profundo. Valorar y celebrar el Renacimiento fue tardío en mi caso. Pero uno sabe ya que en el Renacimiento están todas las posibilidades de la pintura como tal. Que después de él comienza la pintura a liberarse de la propia pintura como algo  hermético y a aplicarla a la libertad y a la exploración tal y como el Barroco lleva a cabo. Después... todo lo demás.



20 – EVA: El arte, como cualquier otro ámbito es un baile cotidiano de máscaras... ego y vanidad, danzan juntos. Conozco artistas que, sin embargo, se aíslan del mundo y sus banalidad aunque haya que pagar el precio. La pintura, como medio de subsistencia, ¿recompensa?

El gremio está cargado de ego y de vanidad sobre todo en los mediocres. Sin embargo los grandes de la pintura que he conocido personalmente son sencillos y llanos además de sabios: Luis Gordillo, Josep Guinovart y Vicente Rojo por poner tres ejemplos de pintores que ya están en la historia de la pintura. Mi propósito básico es pintar y no tener que preocuparme de problemas cotidianos o burocráticos. Lo intento. En cuanto a la subsistencia se puede decir que los artistas en general y los pintores en particular viven, en la actualidad, en una precariedad que, si bien siempre ha sido la tónica general, en los últimos tiempos se ha agudizado considerablemente.  
 
 
 
21 – EVA: La experiencia como parte del aprendizaje no está al margen de la incertidumbre, porque al paso del tiempo nuevos retos se presentan. Tu relación con los nuevos medios cómo es...

Incertidumbre siempre. Certezas pocas. Seguridades las justas. Lo que pasa es que los retos y los enigmas los tengo que crear yo porque a éstas alturas uno ya sabe que el Santo Grial no existe. Con los nuevos medios he sido algo reacio y tenido bastante indiferencia, no estoy muy cómodo en ellos. Mi móvil es de los viejos, solo recibir llamadas y llamar. Así que no soy muy moderno. A pesar de lo dicho me parecen fantásticas todas éstas cosas nuevas. No obstante supongo que no tengo la afición que tienen los jóvenes y otros no tan jóvenes. Me acuerdo de que  hace años tampoco me interesaba el ordenador, pero ahora es imprescindible, o sea que en éstos temas siempre he tenido contradicciones. Podríamos decir que soy un anacrónico pero no un reaccionario. Hay que tener en cuenta que hoy la pintura es una vía anacrónica desde el punto de vista de la actualidad y del mercado. Mas prefiero pensar que la pintura es un medio orillado, gracias al empuje de otras fórmulas, pero difícil de echarla de la carretera. Yo no pretendo ser moderno ni está en mi mano saber si lo soy. Creo que la pintura es más profunda, más sensible y actúa como un sismógrafo de la mente. Si se la compara con el vino...  ¿es el vino anacrónico? pues tiene más de 6.000 años de antigüedad por lo menos y seguimos bebiéndolo con todas sus variedades, evoluciones y parafernelias varias. La pintura, que tiene bastante de embriagadora, ostenta como poco 40.000 años de edad. Las performances y el video-arte tienen... ¿cuarenta y cinco años? pues ya están, si no acabados si algo exhaustos -eso sí, con muchas excepciones, como puede ser Bill Viola, curiosamente muy cerca de la temática y estética pictórica- (y del cine, con cien años, ¿qué decir?). Los nuevos medios parece que se agotan pronto. Y no digo que la pintura no tenga problemas de agotamiento. En el arte en general lo que quizás esté sucediendo es que falta como un revulsivo, o faltan artistas o quizá sobren o acaso se agotaron los revulsivos o también pudiera suceder que el arte cumplió su ciclo y estamos en el final del camino.



22 – EVA: Al caminar por primera vez en tu pintura surge un sentimiento infantil carente de inocencia, donde el sentido de territorialidad es abonado por metáforas y paisajes oníricos cargados de sexualidad e instantes eyaculados. ¿La infancia en el pintor es inherente a la forma?

En la infancia se adquieren tics que te acompañan toda la vida. Y esos tics, manías y obsesiones te conforman. ¿Alguien puede huir de uno mismo?. Hay muchas formas de intentarlo pero la infancia es como una fuente que no para nunca de echar agua. Así que la infancia es nuestra sombra. Y en la infancia, que tiene su faceta de crueldad, también adquieres la sexualidad que, como la definía Escrivá de Balaguer, ese ser enfermizo, es pegajosa. En eso tenía razón; si lo sabría él que dedicó su vida a promocionar la castidad y otras lindezas. 



23 – EVA: En la descomposición de la materia tu pintura se muestra desnuda de efectos, aunque recatada y tímida pese la carga sexual en ella. Como si de velos se tratara o capas de cebolla fueras quitando, justo en el epicentro de tu obra, ¿dónde te colocarías? 
                                                                                                        
Yo me apartaría para permitir a la cebolla ponerse o quitarse capas a su antojo. Pero a veces un pato se queda dormido en medio de la nada y comienza a soñar:
Lo dudoso en el espanto de un ojo
Una piel de vaca cuelga de los ojos rojos
En las grandes ciudades
El país de las alfombras
Los edificios de cristales
Los collares
Las puertas cerradas de los monasterios
Los hormigueros viscosos
En el centro del mundo
En el centro del ojo
Los ojos amarillos
Los ojos turbios
Los globos de los ojos de las estrellas
Ojos con dedos que aparentan cangrejos con ojos en las pinzas
Los ojos que atrapan ojos
Que parecen ojos pintados en un ojo


24 – EVA: Entre muros de onirismo simbiótico y equidistante surrealismo, Museo Canalla convive con un presente cansado pero revitalizado donde igual crees ver películas de Buñuel y Jodorowsky, que poemas gráficos de Octavio Paz y Javier Villaurrutia. La Canalla en ti, ¿es hembra fálica expuesta al otro desde el más recatado y puro ser?

Museo canalla es la descripción que hizo el artista Pablo Milicua, en un artículo para una revista de arte, de mi anterior taller porque estaba lleno de cosas muy diversas. Para la gente era una instalación, una obra artística, pero para mi fue una recopilación de los objetos que me llamaban y necesitaba rodearme de ellos. Ahora el nuevo taller es más amplio y luminoso y no está tan cargado de piezas, muñecos y fetiches. Buñuel, Louis Malle, Kubrick, Eisenstein, Bergman, Maya Deren, Alain Tanner, Man Ray, Visconti, Coppola, Truffaut, Elia Kazan, Hitchcock, Antonioni, Werner Herzog, Akira Kurosawa, Polanski... analizaron a través de una cámara, con sensibilidad e inteligencia, su tiempo, nuestro tiempo, aquel tiempo. Nos hicieron y hacen compañía ya que ahora estamos huérfanos de un cine que nos conmueva. Solo una sociedad reprimida, insensata, enferma, da lugar a obsesiones fálicas o de otra índole sexual. Sin ese ambiente de coacción, el arte del siglo XX no se hubiera lucido ni hubiera dado de sí tanto porque fue liberador y redimió el siglo. Y el buen cine tuvo bastante que ver.


25 – EVA: De esas atmósferas abigarradas de sexualidad impúdica, donde el color queda en segundo plano y tu esencia expuesta a un pasado heredado, ¿cabría decir que André Bretón es ese ‘aire’ tan vital en tu pintura?

André Bretón es una de las puntas de lanza en favor de la liberación total del pensamiento y de las actitudes vitales. El surrealismo impregna el devenir del arte y del espíritu hasta nuestros días. Está en al aire (como las escenas del Bosco tal lo están) inquietándonos porque denuncia nuestros propios corsés y activa nuestro inconsciente. Rimbaud, Bretón, Sartre: tres promotores de la libertad del individuo. Muchas veces hay que elegir entre la libertad y la felicidad. La felicidad siempre es efímera, la libertad es duradera una vez pagado su alto precio y permanece en el cerebro y en las actitudes de quien la ejercita. El surrealismo me interesó, me desbocó y me revolvió. Pero en el arte, como tal movimiento, hace tiempo que está rebasado. O mejor: está instalado ya en la vida aunque no se le señale. El aire es el escenario, el magma donde se puede llegar a desarrollar la libertad, entendiendo a ésta como la autonomía de la pintura con respecto al concepto y al símbolo. Es el aglutinante donde las formas y los colores puedan transitar; vivir. El elemento adecuado donde desarrollar experiencias psíquicas.
 
 
 
26 – EVA: Además de la pintura cultivas poesía y crítica en ejercicio al otro, pero con todo y los matices surrealistas con que desgarras las vísceras del hacer de ese otro, percibo un acto reflejo que habla de ti y tus alucinaciones plásticas. ¿El artista detrás del lienzo agoniza su propia muerte como un acto anunciado más nunca aceptado?

La poesía y los textos de arte que hago son puntuales y escasos. No soy ni poeta ni  crítico de arte, al menos no es mi dedicación, si acaso algo colateral a mi trabajo. De pronto tengo ese impulso y lo suelto. Pero cuando hablo de otros artistas hablo de ellos, desde mi punto de vista, sí, pero trato de ser objetivo. Además las alucinaciones plásticas las ponen ellos. Yo solo las comento y las analizo. La propia muerte la agonizamos todos, todos los días: sucede que el artista es, acaso, más consciente de esa agonía.    


27 – EVA: Amante del Arte y la Cultura Mexicana y lector de connotados literatos, has dedicado textos a la obra de grandes maestros como Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros y Vicente Rojo. En ese quehacer como pintor que discurre en un “México bajo la lluvia” y moja sus pies en el barro de sus utopías, ¿cuál sería tu grito de guerra para una patria vituperada por sus gobernantes?

México sobrepasa todas las expectativas que pudieras tener sobre ese país. La vida en estado puro y más. Creo que fue el actor mexicano Gael García Bernal quién a una pregunta dijo que “en México hay mucha muerte porque hay mucha vida”. Frase surrealista y como que asume la violencia que vive la nación azteca con naturalidad. Pero ese concepto de indiferencia ante la muerte y ante la vida lo palpa el visitante. Porque te quedas con la impresión de que no se valora tanto la vida y tampoco se teme tanto a la muerte. Las antípodas de Europa. Para Bretón México es un país surrealista y Buñuel estaba allí como pez en el agua. Para mi fue un puñetazo en el corazón, una inyección de color y de movimiento. México es un cuchillo que te acaricia el cerebro, te araña el alma y se te clava en el estómago. Pero amas a ese filo que te abre a la magia y  te hipnotiza y te desborda. El pintor Vicente Rojo utiliza su larga serie “México bajo la lluvia” para, a través del agua que se precipita y que utiliza como una lupa para acercarnos a la realidad y a los colores y a los sonidos y a las infinitas formas del país que ama y habita,  diseccionarnos todo ese hechizo que seduce y atrapa cual es el caleidoscopio mexicano. Octavio Paz dijo de él: ”Rojo es riguroso como un geómetra y sensible como un poeta”. Meterte en la cabeza de los mexicanos es misión muy difícil y juzgar a un pueblo, del cual no conoces sus entresijos ni a sus políticos, una temeridad. Lo que a la vista está es un sistema económico ultraliberal, un reparto de la riqueza absolutamente demencial donde una minoría muy pequeña acapara el dinero y unos políticos corruptos como consecuencia de lo anterior. La evidencia también de estar a merced de los EEUU. El capitalismo en estado puro. Pero estando allí y viendo su riqueza social, su naturaleza rebosante y explosiva, las diversas culturas mexicanas vivas, su artesanía, el interés por el arte que existe, las luchas estudiantiles e indígenas, la calidad e importancia de sus artistas... puedes llegar a ilusionarte con que Pancho Villa y Emiliano Zapata vuelvan a cabalgar a lomos de la revolución. Y que se legalicen las drogas ¡ya!.
 
 
 
28 – EVA: El aspecto íntimo de la pintura está lleno de matices y sinsabores como la necesidad de amar a través de ella. El amor como vehículo de acción que vincula un todo universal con la naturaleza humana de nuestros miedos. La pregunta no es a qué temes, si no qué temor te libera de tu encierro interno: ¿el que te da más o el que menos te quita?
 
El amor, lo que llamamos amor, es una energía que te vincula con el otro o con lo otro. Pero no creo que tenga un objetivo determinado, no sabes a donde conduce. Su percepción, así como el objeto del amor, cambia a través del tiempo, osea que se adapta a las condiciones del momento y en realidad el que habla del amor no sabe de lo que está hablando porque es imposible averiguarlo, se escapa y aparece y luego se oculta o cambia de forma. Es una sensación, un sentimiento. En ese vaiven entra en juego el odio que, posiblemente, es más fuerte que el amor a tenor de lo que hemos visto a lo largo de la historia. ¿Es con el amor o es con el odio con lo que se han alcanzado mayores logros, mayores avances sociales, políticos, tecnológicos, económicos, espirituales?. Es subjetivo. Para la Iglesia asesinar americanos, odiarlos tal como eran, durante la colonización española, era un logro porque se mataban idólatras e infieles. Poco amor había, de hecho, en esa cristianización obligada pero estoy seguro que muchos sacerdotes creían absolutamente que estaban sembrando esas tierras de amor divino. El odio está más afincado, más generalizado, más jerarquizado, hablando en términos sociales, que el amor. Y del odio se desprende y declina la crueldad, la tortura que, lejos de ser inhumana, es lo más común en todas las civilizaciones que en el mundo han sido y son: una distinción humana. ¿No es el amor sensual una mera atracción de líquidos, lo cual es un hecho científico que los líquidos tienden a atraerse, una mera gravitación de la sangre que llama a la sangre?. El amor contra el miedo: a la soledad, al hastío, al vacío, a la culpa, al rencor, al remordimiento y a la uniformidad. El amor te libera del odio y el odio te emancipa del amor. El amor es acción, el odio es acción. Al Universo lo que le importa y te obliga es a moverte en cualquier dirección. La energía. El temor te libera de tu seguridad. Primero temes la inseguridad pero más tarde es la seguridad lo que te aterra. En la pintura tanto la certeza como la incertidumbre te molestan. Es difícil definir esa sensación.  
 
 
 
29 – EVA: Realizar una semblanza sobre tus inicios en el arte (he leído que eres autodidacta lo cual resulta doblemente valioso) conocer aspectos como, qué te motivó a incursionar en el arte, cómo fue ese camino y quiénes han sido tus pilares en dicho tránsito; tentaciones incluidas, propias de una época y sistema. 
 
La imaginación es el motor. Hacía dibujos desde niño, tanto figurativos como abstractos. Pero también escribía y de hecho sacaba el primero en redacción en el colegio. Mas los dibujos y las acuarelas que realizaba me producían una fascinación  profunda, algo mágico.
Yo poseía esa inclinación impulsiva que me guarecía de la realidad convencional que tanto detestaba. Quizás el hecho de ser introvertido me facilitó la apertura hacia perspectivas más imaginativas, intuitivas y soñadoras. Soy autodidacta en el sentido de rechazo a la academia que en aquellos tiempos de los setenta estaba mal vista por los artistas jóvenes pues era muy clásica y se decía que si tenías algo de creatividad en la facultad de Bellas Artes te la lastraban. Eso cambió en los ochenta. Pero yo aprendía de otros colegas, de ver cientos de exposiciones en Bilbao, en Madrid, Barcelona o donde fuera, de ver museos (El Bellas artes de Bilbao, El Prado, la National Gallery -donde me entusiasmaron los tres cuadros de Chardin que se encuentran allí- o la fascinante Fundación Antonio Pérez en Cuenca... ), de lecturas, de estar muy atento a todo, de ver y mirar. Fue en 1.975 cuando hice mi primera exposición en Gernika, en la Biblioteca Municipal, junto a otros componentes del grupo de pintura de la asociación cultural El desván de Bilbao. Era una asociación próxima al Partido Comunista (entonces prohibido) aunque eso no nos vinculaba necesariamente. Recuerdo a algún componente: los hermanos Roscubas, Iñaki de la Fuente, José Ibarrola (hijo del pintor y escultor Agustín Ibarrola), el difunto Aitor Arétxaga, etc. Hacíamos reuniones, debatíamos de muchos temas y fue una experiencia interesante, y de la que aprendí mucho, durante aproximadamente un año. Luego estuve un tiempo sin exponer y ausente hasta el 82. Mi trayectoria ha sido muy difusa, subterránea, marginal. No era muy gremial y lo que me interesaba del mundo del arte y de la pintura era eso: la pintura. Porque el mundo del arte es muy ingrato si no eres sumiso o vas por tu cuenta. De modo que siempre he sido un pintor solitario, de lo cual no me arrepiento pues he sido independiente como pintor y como individuo. Hay dos tentaciones en las que nunca caí: Una es la que me proponía que tenía que hacer algo más comercial y otra la de que tenía que cambiar de medio artístico a algo más contemporáneo, léase fotografía, video, instalaciones, etc. Pero yo he hecho instalaciones, fotografía y escultura aunque puntualmente y para mí la pintura es contemporánea. Mi pilar ha sido mi propia determinación porque ayudas nunca tuve, ni públicas ni privadas.



30 – EVA: La sensación de angustia ante la impotencia de haber llegado al punto final, mantenerse suspendido a la agonía de un interminable fin, alargar el tiempo como si éste ofreciera la posibilidad de alcanzar el privilegio de la perfección... Idolatría y vanidad, ¿el artista es un dios imperfecto que se inmola por amor a sí?

El tiempo y la perfección: un par de señuelos. Los dos crean angustia. Uno porque termina y otro porque no llega. Idolatría y vanidad: secreciónes que delatan impotencia. Dios: concepto que se adapta a los caprichos de cada individuo; el perro que te persigue y al que le das de comer hasta que ya no te queda más alimento que ofrecerle y entonces él no te ofrece nada y lo abandonas. Artista: la sensibilidad puede ir unida a la vanidad pero esta es producto de la impotencia y la impotencia, a veces, produce espejismos. El arte es un delirio hecho pus pero al que damos tratamiento casi metafísico. Dios está demasiado cerca, demasiado fácil de agarrar. Hay que ir más lejos... más lejos.


31 – EVA: Ir más lejos significa detenerse porque en el ejercicio mismo está explorar, avanzar y llegar al fin. No hay más lejos que la distancia inmediata, la materia se descompone aunque se regenere. Para algunos artistas ir más lejos es caer en vacíos escuetos y sin sustento con tal de alcanzar algo... ¿en tu pintura encuentras la distancia que te separa de ese punto más allá de ti?

Ir más lejos significa no quedarte aquí al lado, al lado de dios, por ejemplo. Porque dios sería un muro de contención. Ir más lejos es no llegar nunca. Ir más lejos es abusar de la imaginación. Separarte de las certezas y anhelar la incertidumbre. Es no conformarse y no detenerse. Es ir y no volver. Ir más lejos es negar. Es oler la eternidad a sabiendas de que ésta es imposible. La pintura es ese punto más allá de mi. Pero las distancias se miden en términos siderales porque entre lo que pinto y lo que vivo hay un abismo: el que te libera del “yo”.



32 – EVA: ¿Propones un mundo donde eres dios y a la vez humilde redentor? Sobrepasar los límites de la imaginación, ¿acaso no es romper el orden? Incluso el caos es orden, la muerte es orden, el dolor es orden; es poner límite al mal mismo en nombre de un bien -felicidad- ficticio. Tu pintura, por ejemplo, guarda simetría y orden pese la pornografía onírica que encierra, ¿eso es ir más allá y alcanzar el vacío?
 
Llamamos caos a un orden que no nos interesa. Llamamos mal a un bien que no nos beneficia. ¿Quién pretendería ser dios?. Eso sería estúpido. ¿Quién pretende redimir nada?. Eso es insensato: si nada puede volver, nada se puede redimir. Alcanzar el vacio es la superación del proceso, romperlo, no una meta. Eso no está al alcance de todos. La pornografía onírica sería el más allá de la erótica tangible. Una propuesta radical.



33 – EVA: En ese «ser-estar» contenido entre y por tu obra, la inmersión en la pintura guarda estados de vigilia des-contenida. Lo que está fuera también está dentro, ¿existe un cuadro de excitación espiritual en ella que te lleve a los confines de tu mente? Qué lugar ocupa tu cuerpo en este proceso...  
 
Quizás la excitación espiritual es el camino que conduce al último confín. Convives con una cierta sensación de inquietud y peligro. Amamantas el riesgo porque te excita o porque es necesario para tus propósitos. La existencia cuelga de un hilo muy fino en medio de la nada y hay mucho pánico en la vida y en la pintura cuando estiras mucho del hilo. Nada es inocuo o inocente y, sin embargo, la espiritualidad se experimenta a través de la inocencia -que la tienes que crear- y de la soledad (la religión, por el contrario, se alimenta de la culpa, de la responsabilidad, de la obediencia, del castigo, del miedo, del arrepentimiento, del rebaño, de los pastores y de dios. Y claro... entre tantos habitantes ya no cabe la espiritualidad). La experiencia estética es análoga a la espiritual pero divergente al mismo tiempo. Se encuentra entre la experiencia de la vida y la más elevada o espiritual. En el arte dependemos en parte de algo que es ajeno de nosotros, mientras que la experiencia espiritual surge de nuestras propias profundidades. El cuerpo siempre está aunque no se le convoque.
 
 
 
34 – EVA: Entre la carne y la esencia: la materia y el espíritu, geometría plástica que desnuda tu obra como un rompecabezas intrínseco e inherente al cuerpo espiritual de tu mente. ¿Cómo dispones de ella (la materia) sobre él (el espacio)?  
 
En la realidad, en la naturaleza, no hay composición. Mires donde mires y lo mires desde la posición o punto de vista que sea, no te planteas la composición. Todo está “bien compuesto” siempre. Esto sucede porque en la realidad hay aire, atmósfera. Si tu consigues inyectar aire a un cuadro no te preocuparás de la composición, porque en cierto modo, si has conseguido éste (y hablo de aire “real”, no de ilustrarlo, de aparentarlo), ya estás en la realidad, sea ésta figurativa o abstracta. Nunca pienso en la composición. Así, solo me preocupo de lo que coloco en el espacio plástico, de lo que se va nutriendo la obra: color, dibujo... lo que sea. Y lo hago inconsciente, mecánico, por deducción, por la interacción inmediata. Esto son experiencias personales, no dogmas de fé. Puede parecer un análisis extraño pero el caso es que yo no tengo sentido consciente de la composición. Supongo que la sustituyo por el instinto aéreo.



35 - Proyectos inmediatos:

Tengo una exposición prevista para Noviembre en una galería de Cuenca y a finales de Septiembre una colectiva en Madrid en el palacio Neptuno, Feria Art Collection.


36 - Planes a futuro:

La característica del futuro es que siempre se aparece en el presente. Igual que el pasado.


37- Preguntas sin responder:

En el principio la humanidad se preguntó “quién” producía los rayos y truenos que tanto le atemorizaban, y ahí empezaron sus desgracias, sus religiones supersticiosas. Imagínate cuales hubieran sido los derroteros del hombre si en vez de “quién” se hubiera preguntado “qué”. Una pregunta no hecha puede torcer el devenir de la especie.   


38- Anhelos posibles de alcanzar:

Pinto para la pintura, ni para mi ni para el público. Por consiguiente anhelo seguir teniendo fe en la pintura. La fe no es patrimonio de las religiones. La ciencia y el arte necesitan de ella. Para creerse, para sentir “Las hilanderas” de Velázquez o “Merritt Parkway” de De Kooning se ha de tener confianza y convicción; el arte es la baba que deja el caracol y hay que tener mucha fe para creer en la baba del caracol.  


39 - Sueños rotos:

Todos los sueños se rompen al despertar pero al menos los puedes recordar. La vida es un sueño que nunca se recordará ya que morir consiste en no haber vivido nunca.    


40 - Instantes de gloria:

Mirar cuadros de Esteban Vicente, por nombrar un pintor que me emociona,  suele deparar instantes gloriosos.


41 - Pretérito imperfecto:  

Siempre tenemos la sensación de que nuestro pasado no ha sido lo deseable que hubiéramos querido. Pero como el destino es irremediablemente trágico, el pasado se hace más habitable y lo que se consideran problemas acaban siendo piedrecillas en el camino. Para el que no se toma la vida en serio tampoco es para tanto.   


42 - La pintura de tu sueño:

Ayer soñé con un cuadro que estoy pintando. Y no era la pintura de mis sueños, si acaso de mis pesadillas.


43 - Obra inconclusa:

La obra inconclusa no es tal. Lo que hay es una “no obra”, un aborto. Algo que no fue, que no es.


44 - Fernando Biderbost:

El hombre es consciente de su soledad, de su vaciedad y se ve forzado a emitir una apariencia determinada a la sociedad. Somos circunstancias pero también máscaras. A veces no sabes cuando la tienes puesta y ésta esquizofrénica situación te depara inseguridad. En sociedad es difícil autocalificarse. Porque dependes de todo lo que te rodea, eres lo que te rodea. Por eso en la soledad te encuentras. El problema es ¿qué te encuentras? Es difícil despojarse de ese musgo que es la comunidad que es la que te conforma. Contradicción es la palabra: sabes que dependes pero a la vez buscas la independencia. Es complejo. Creo que he intentado “ser” antes que “estar” y ésto no es muy recomendable para vivir en sociedad.


45 - Entrevista con EVA:

Entrevista interesante, con preguntas inteligentes y, en ocasiones, endiabladas. Se detectan los conocimientos de la entrevistadora y su sensibilidad. Son preguntas hechas desde el propio arte, de quien está sumergido en el arte, y han tenido la facultad de sonsacarme cosas, de tirarme de la lengua.




EntreVistArtista (EVA) / Entre Tù y Yo / EVA (La Palabra) es un proyecto independiente por Rosa Matilde Jiménez Cortés. Entrevista con Fernando Biderbost. Còrdoba, Veracruz; México. Año 2017. Producción/Edición/Publicación/Entrevista por Rosa Matilde Jimènez Cortès. 2017 - 2018. (Entrevista publicada en la Revista Escáner Cultural, 16 de enero 2018).                          



                                            

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